Se encarga de armonizar el flujo de insumos y productos con todos los rincones del mundo. Los desafíos superados en la pandemia.
Con actividades diversificadas en siete unidades de negocio y un flujo constante de insumos y productos, Grupo Mirgor tiene en el departamento de comercio exterior un área clave para su estrategia de logística y para su funcionamiento coordinado.
Creado hace menos de 15 años, el departamento mantiene comunicación permanente con los más de 500 proveedores y clientes de todos los rincones del mundo. También, con las siete unidades de la compañía. El objetivo es armonizar los tiempos de recepción y despacho de material en una empresa que tiene capacidad de llegar a todos los rincones del planeta.
El trabajo en el departamento de Comercio Exterior de Mirgor nunca se detiene, ni siquiera ante los escenarios más desfavorables. Es que de su labor depende que las líneas de producción y montaje, así como la distribución, no hallen trabas. Hay una dedicación absoluta de 24X7.
Sin embargo, los últimos años afrontaron un desafío especial: la pandemia. Incluso en esas circunstancias, la firma encontró en este sector una usina de soluciones para organizar los tiempos de recepción y despacho.
Comercio exterior, entre el reloj y la inventiva
El departamento de comercio exterior no existía como tal hace una década y media. Solo había pequeñas áreas de apoyo para cada unidad de negocios. Después la situación cambió y se atravesó un proceso de “reconversión”, esas áreas aisladas se concentraron en un sector específico que ahora aporta cerebro y músculo al resto de los sectores de manera transversal.
El departamento está compuesto por cuatro sub áreas, que totalizan un equipo de 29 personas: Comercio Exterior, Depósitos Fiscales, Tráfico y Control Logístico. Por ese centro neurálgico pasan las gestiones para importar y exportar materiales por aire, tierra y agua. En concreto, se encarga de garantizar la disponibilidad de vuelos, la coordinación de los viajes a lo largo de las rutas del país y de la región y los trámites aduaneros para las descargas de los buques.
Se generó mucha sinergia lo que permitió actuar en forma conjunta, y generar ahorros no solo económicos, sino en tiempos y en tareas. Uno de sus logros fue la obtención de la Certificación “OEA (operador económico autorizado) Simplificación”, que otorga facilidades para la cadena de suministro internacional. Otro beneficio, que se extendió a todos los productos de Tierra del Fuego, fue la agilización en el despacho de las destinaciones TRM (Tránsito Monitoreado de Importación), con los consiguientes ahorros aduaneros y fiscales.
Un mundo alterado por la pandemia
Las restricciones a la circulación que rigieron en la mayoría de los países plantearon un escenario poco deseado: vuelos reducidos, potenciales demoras en las entregas e imprevistos que obligaban a reformular estructuras de trabajo consolidadas.
No era un momento para parar y la búsqueda de alternativas era necesaria para evitar un impacto negativo en la compañía. Tras meses de mucho trabajo se pudo empezar con la importación de partes para la fabricación de respiradores artificiales. Este proyecto lo llevó adelante Mirgor en forma conjunta con Leistung, una firma que elaboraba en pequeñas cantidades este producto crítico para asistir a los pacientes graves con Covid. El trabajo ensamblado permitió escalar su manufactura para atender a las necesidades del país y del exterior.
Otro signo de los tiempos fue el vínculo que estableció la empresa con la Fuerza Aérea, que en la época más dura del coronavirus proveyó un avión Hércules para que no se interrumpiera el transporte de mercadería.
En esos momentos también cobró relevancia el flamante centro logístico de Mirgor, abierto en Garín apenas meses antes del estallido de la pandemia. Con una superficie de 12 mil metros cuadrados de superficie y 6 mil posiciones de pallet de diferentes
configuraciones, brindó respuestas dentro de la empresa y también a los clientes externos, a los que ayudó a optimizar costos en su cadena logística. A esa capacidad se sumó la visión del departamento de comercio exterior, con su paciente sabiduría para gestionar grandes volúmenes de materiales llegados por todos los medios y de todos los rincones del mundo.